lunes, 11 de junio de 2012

Hablan las hijas de fusilados de Trelew

RAQUEL CAMPS

“Somos Trelew”

Es la primera vez que María Raquel Camps Pargas visita Trelew. Es hija de Alberto Camps –uno de los militantes de las FAR que sobrevivieron a la masacre– y de Rosa María Pargas. Ambos estuvieron detenidos en la cárcel de Rawson antes de la fuga. Allí se enamoraron, se casaron con los otros dos sobrevivientes de testigos y tuvieron dos hijos antes de que la dictadura los alcanzase en 1977. “Ellos se conocieron acá y somos parte de esto. Es nuestra historia. Somos Trelew”, dice Raquel, en diálogo con Página/12.

–¿Qué edad tenías cuando secuestraron a tus padres?

–Estaba a un mes de cumplir un año. Nací en 1976, en la clandestinidad. En 1977, mi vieja desaparece cuando salía con mi hermano y mi viejo se resiste en la casa y lo hieren de muerte. Lo llevan a un hospital donde aparentemente no le dieron las atenciones y muere. A mi hermano lo dejan en un hogar y a mi vieja no la vimos más. Después supimos que había estado en El Vesubio.

–No los recordás, ¿cómo empezaste a reconstruir su historia?

–Mi hermano me contó muchas cosas. El tenía tres años, pero se acuerda. Es mi gran contador de la historia. No tanto de amigos o compañeros, porque mis abuelos siempre nos cuidaron demasiado. Vivieron con mucho miedo, quemaron muchas cosas, por lo que nos costó tener cosas de ellos. Pero cuando empezamos a salir a la vida, nos dimos cuenta de que llevábamos una mochila que no era fácil.

–¿Hoy cómo la llevás?

–Recién ahora la llevo mejor. En un momento, creí que no podía más. Por mucho tiempo, viví sin mis viejos en todo sentido. Los tuve que reconstruir para poder después hacer un duelo.

–¿Cambió mucho cuando tuviste a tus dos hijos?

–Sí, el nacimiento de mi primer hijo me hizo ver el vacío.

–¿Leíste la entrevista de Paco Urondo a tu papá?

–Sí, pero no leí muchas cosas. Trato primero de reconstruirlos como papá y como mamá. Para después comprender lo que hicieron y lo que pasaron.

–¿Y la parte política?

–Primero me costó mucho entenderlos como hija. Me pregunté por qué volvieron al país, me enojé como si estuvieran. Después entendí que esto era lo que querían, que era lo más importante. Si bien nosotros éramos lo más importante, lo que los anclaba a la vida. Hay una carta que escribe mi vieja –ya desaparecida– que dice que si no ganaba, debía morir. Y esto le daba razón a su muerte. Estaban convencidos.

–¿Por qué te llamás María?

–Por María Angélica Sabelli, y Raquel por una ex novia de mi viejo que la mataron en Córdoba antes del ’72. Y mi hermano se llama Mariano Alfredo Humberto, por Mariano Pujadas, Alfredo Kohon y Humberto Toschi. Tres de los caídos en Trelew.

–Más allá de no haber sido elegido como herencia, ¿qué significado tiene Trelew?

–Para mí, Trelew es mi hermano y soy yo. Ellos se conocieron acá y somos parte de esto. Es nuestra historia. Somos Trelew.

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