jueves, 26 de noviembre de 2015

Señalizan la Base Almirante Zar como lugar de Memoria

Meses atrás, el viejo aeropuerto fue declarado Lugar Histórico Nacional

La base aeronaval fue escenario de la Masacre de Trelew, ocurrida el 22 de agosto de 1972, donde fuerzas de seguridad fusilaron a 16 guerrilleros que se habían fugado del penal de Rawson,  y posteriormente en el aeropuerto de Trelew se habían rendido con presencia de un juez y de numerosos medios de prensa.

Luego de la condena a la mayoría de los responsables de la “Masacre de Trelew” –y tras haberse recuperado el Aeropuerto Viejo de la ciudad como sitio de memoria–, quedaba concluir la etapa de señalización de la Base. 

Allí, fueron fusilados: Rubén Pedro Bonet, Jorge Alejandro Ulla, Humberto Segundo Suárez, José Ricardo Mena, Humberto Adrián Toschi, Miguel Ángel Polti, Mario Emilio Delfino, Alberto Carlos Del Rey, Eduardo Campello, Clarisa Rosa Lea Place, Ana María Villarreal de Santucho, Carlos Heriberto Astudillo, Alfredo Elías Kohon, María Angélica Sabelli, Mariano Pujadas y Susana Lesgart.

El 15 de octubre de 2012, el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a prisión perpetua a los ex capitanes de fragata Luis Sosa y Emilio Jorge del Real y el cabo Carlos Marandino por los asesinatos de 16 guerrilleros de PRT-ERP, de FAR  y de MONTONEROS.

domingo, 23 de agosto de 2015

Masacre de Trelew - 22 de agosto de 2015 |

La cárcel de Trelew fue el lugar de hacinamiento de los cuadros más capaces de las organizaciones del momento. Juntos organizaron la cotidianeidad y la resistencia en los pabellones. Gente del ERP, Montoneros, FAR trabajaron, discutieron ideológicamente en una franca relación de amistad que se fue tejiendo en el lugar. Recordamos los hechos ocurridos en el año 1972, cuando sucedió la fuga del penal sureño.

Por Patricia Rodriguez - ANRed

Humberto Constantini describe el año 1972, como una época difícil, donde la oprobiosa junta militar había usurpado el poder, el presidente de facto Lanusse y su ministro del interior Arturo Mor Roig desataron una feroz represión en todo el territorio. La resistencia se hacía cada vez más explícita, así que las cárceles, lugares de tortura y muerte, estaban plagadas de dirigentes obreros y jóvenes militantes.

La cárcel de Trelew fue el lugar de hacinamiento de los cuadros más capaces de las organizaciones del momento. Juntos organizaron la cotidianeidad y la resistencia en los pabellones. Gente del ERP, Montoneros, FAR trabajaron, discutieron ideológicamente en una franca relación de amistad que se fue tejiendo en el lugar. Conjuntamente armaron el plan de fuga.

El 15 de agosto de 1972 comenzó el camino hacia la libertad. El primer grupo avanzó con el uniforme del enemigo, pero un guardia los reconoce y dispara.
Un solo auto los esperaba en las afueras, en el suben Mario Roberto Santucho, Enrique Gorriarán y Domingo Menna del ERP, Marcos Osatinsky y Roberto Quieto de las FAR y Fernando Vaca Narvaja de Montoneros. Se dirigieron al aeropuerto de Trelew. El avión había comenzado a avanzar y un militante disfrazado de militar ordena al piloto detener el avión, que luego aterriza en Puerto Mon, Chile donde el presidente Allende le daría refugio político y la posibilidad de seguir camino a Cuba.

Cuatro compañeros Anna Wiessen, Carlos Goldemberg, Alejandro Ferreira Beltrán y Víctor Fernández Palmeiro son los encargados de hacer la apoyatura desde afuera.
Diecinueve combatientes lograron tomar unos taxis que los llevan hasta el aeropuerto, a la espera del próximo avión, pero los militares, alertados, le dan la orden al piloto, por radio de no descender. Los diecinueve luchadores sociales deciden rendirse, piden la presencia de un juez y un médico, también están presentes las cámaras de televisión y los periodistas. Los encargados de decir las verdades del caso son Bonet del ERP, María Antonia Berger de las FAR y Mariano Pujadas de Montoneros.

El capitán Luis Emilio Sosa recibe las armas de los luchadores populares y con engaños y mentiras los conducen hacia la base naval Almirante Zar de Trelew. Durante siete días soportan vejaciones e insultos hasta que un decreto ordena a los militares asesinos Sosa, Herrera, Del Real, Bravo, Fernández ejecutar a los prisioneros. Durante la madrugada sacaron de sus celdas a los diecinueve combatientes, los hicieron formar y los fusilaron. María Antonia Berger sintió el impacto en el estómago, vio a sus compañeros que caían heridos o trataban de protegerse en sus celdas y se arrojó en la suya. Escuchaba los gritos de dolor, las puteadas y las órdenes. Sobre todo escuchaba los tiros de gracia. A medida que se acercaban, iban acallando las voces. Vio al teniente de corbeta Bravo en el umbral de su celda con una pistola en la mano. Desde el suelo lo vio acercarse y apuntarle a la cabeza. Sintió el disparo y la cabeza le estalló, aunque seguía viva. Escuchó voces pero no la atendían mientras se desangraba por el estómago y la mandíbula.

Quiso hacer algo antes de morir, escribir con su sangre los nombres de Bravo y Sosa, los fusiladores, pero escribió "papá y "mamá" en una pared. Alguien se acercó y lo borró con un trapo húmedo. Volvió a mojar el dedo con su sangre y escribió "LOMJE", la consigna de las FAR y del Ejército de los Andes:"Libres o Muertos, Jamás Esclavos"

Sólo tres sobrevivientes: María Antonia Berger, Alberto Camps y Ricardo Haidar serían los encargados de relatar al pueblo la matanza ocurrida en la base Almirante Zar. Ellos fueron heridos, aún así lograron sobrevivir.
Lanusse y la prensa burguesa montaron el escenario de una farsa, relataron cómo los prisioneros intentaron fugarse. Nadie les creyó y sí coreaban en las calles “¡Todos los guerrilleros son nuestros compañeros!” aludiendo al primer atisbo de unidad entre las organizaciones FAR, ERP y Montoneros

PRESENTES: HASTA LA VICTORIA SIEMPRE
ANA MARÌA VILLAREAL DE SANTUCHO, CARLOS ASTUDILLO, EDUARDO CAPELLO, CARLOS DEL REY, CLARISA LEA PLACE, HUMBERTO SUAREZ, HUMBERTO TOSCHI, JORGE ULLUA, MARIO DELFINO, ALFREDO KOHON, MIGUEL ÀNGEL POLTI, MARIANO PUJADAS, SUSANA LESGART, MARÌA ANGÈLICA SABELLI, RUBÈN BONET, JOSÈ MENNA

Jorge Lewinger (1) y sus recuerdos de Alberto Camps y María Rosa Pargas

Alberto tenía una gran habilidad manual. Mientras estuvo preso en Trelew tallaba en madera fusiles FAL en miniatura, luego los tiznaba en las estufas. La idea era enseñar su manejo al resto de los compañeros. Era estudiante de bioquímica. En Trelew conoció a María Rosa Pargas, su esposa.
Se comunicaban a través de un agujerito que había en el techo, porque en el piso de arriba estaban las chicas.

Yo participé en la fuga de Trelew, me equivoqué en la interpretación de las señas. Si bien esto no fue determinante, sí uno de los elementos del fracaso parcial. Después caí preso. Siempre me sentí culpable por esta situación. Cuando salí de la cárcel, recibí toda la ayuda y el apoyo de Alberto Camps y María Antonia Berger (2). Ellos comprendieron cómo me podía sentir, por eso siempre me impulsaron, jamás tuvieron una actitud recriminatoria. María Antonia y Alberto eran los que más podrían haber tenido resentimientos, pero no fue así. Ni fue casualidad que terminé viviendo en la casa de Alberto. Fui su responsable y a él le pareció bien. Esto lo pinta como un tipo de una gran integridad.

Viví unos meses en la casa de Alberto, en Lomas de Zamora. Ellos tenían una bebita y un varoncito que fueron recuperados por sus abuelos en un hospital, donde los dejaron los militares. Muchos años después encontré a la hija de Alberto en un homenaje a los caídos en Trelew, intenté conectarme con ella, pero parece que le resulta difícil poder hablar de esto.

Alberto y yo solíamos poner la silla en la puerta, como era costumbre en el barrio. Cierto día, después del golpe, un vecino se acercó para charlar y nos confesó su deseo: “Que hubiera más Montoneros”. Corría el año `77 y con Alberto nos quedamos mudos.

En julio del `77 tuve que viajar a México, para participar en una reunión. Como yo conocía y vivía en la casa de María Rosa y Alberto debía mantener un control diario y telefónico. Una agrupación de discapacitados, gente maravillosa, atendía esos llamados. Nosotros pensábamos que no sabían nada, sin embargo todo lo conocían, razón por la cual muchos fueron secuestrados. Ellos recibían nuestros mensajes en código, por ejemplo que estaba enfermo y no podía ir significaba que había caído.

Ese día tomé un micro que me dejó en Río de Janeiro, pero me había olvidado de llamar a Alberto. Me volví loco de angustia cuando me di cuenta que iba a levantar su casa. Al llegar a Brasil me encontré con un compañero del Sindicato Municipal de Avellaneda, se llamaba Trobato, regresaba al país, por lo que le pedí que llamara por teléfono para avisar que todo estaba bien. Alberto regresó a su casa una semana después, pero ya había sido localizado por otro lado. La ex mujer de Martín Grassi había estado en la vivienda de Alberto y recordaba las ricas facturas que había comido. Así que los servicios de inteligencia la subieron en un helicóptero y reconocieron el lugar a partir de una panadería en la calle Colombres, de esa forma rastrearon la casa. Yo me quería morir, porque si no hubiera llamado, hubieran levantado la casa. Se produjo el enfrentamiento entre Alberto y los militares. Volví en el año `83 al barrio y vi las marcas de los tiros en la pared.

María Rosa era una mujer muy cálida con los chicos. Cuando desapareció Pili, me trajeron a mi hija que tenía un año. Me quedé con ellos un mes más hasta que decidí las cosas que había hablado con mi esposa. A María Rosa la cargaban porque tenía la boca grande y le decían que tenía boca para chupar naranjas. Era una tipa bárbara y yo le tenía una gran confianza, tanta que fue quien llevó a mi hija a la casa de mis padres.

Jorge Lewinger (Compañero de militancia)

1) Jorge Lewinger era miembro de las FAR y el encargado de llevar los camiones al penal, una vez tomado, y trasladar a los presos hacia el Aeropuerto de Trelew para allí secuestrar un avión de Austral e ir a Chile, pero, una mala interpretación de las señales hizo fracasar el plan.
2) Alberto Camps, María Antonia Berger y René Haidar fueron los únicos sobrevivientes de la Masacre de Trelew. María Antonia Berger fue una licenciada en sociología argentina, militante de la organización FAR- Montoneros. Berger fue asesinada en 1979 por las fuerzas armadas y su cuerpo fue exhibido en la ESMA a modo de trofeo y luego desaparecido. René Ricardo Haidar era Ingeniero químico, había sido detenido el 22 de febrero de 1972. Evadió las ráfagas de ametralladoras introduciéndose en su celda, donde fue herido. En la fecha de la masacre tenía 28 años. Secuestrado nuevamente el 18 de diciembre de 1982, permanece desaparecido.

viernes, 22 de agosto de 2014

Los fusiladores protegidos por la Armada. Los compañeros fusilados protegidos por la lucha y la memoria

La historia de los fusiladores de Trelew y de cómo la Armada los protegió
 Los investigadores creen que la fuerza armada los cobijó durante años.

Tal vez no haya un hecho tan reñido con el pretendido espíritu de coraje y sacrificio de la Armada Argentina como los fusilamientos de Trelew, cuando un grupo de marinos al mando del capitán de fragata Luis Emilio Sosa asesinó a 16 militantes de organizaciones revolucionarias en la Base Almirante Zar, en agosto de 1972.

Cuando la causa se reactivó hace un mes con el pedido de detención de los máximos responsables de la masacre, una pregunta surgió naturalmente: ¿Cómo hicieron los acusados de la matanza para permanecer tanto tiempo fuera de la consideración pública, a pesar del espíritu revisionista que ha imperado en los últimos años?

Allí emerge con claridad el rol protector que cumplió la Armada, que facilitó el ocultamiento de sus hombres, los premió con ascensos y agregadurías en el extranjero y les ofreció ayuda y asesoría en el convencimiento de que el episodio de Trelew estaba justificado.

Así lo dejó en claro el entonces responsable militar de la base, Horacio Mayorga, cuando pocas semanas después de la masacre dijo: “No es necesario explicar nada. Debemos dejar de lado estúpidas discusiones que la Armada no tiene que esforzarse en explicar. Lo hecho, bien hecho está”.

Según fuentes judiciales, al declarar hace dos semanas en los tribunales de Rawson donde se tramita la causa, mantuvo la misma posición: reconoció que la Armada había protegido a los acusados y justificó esta medida en que, de otra manera, corrían el riesgo de represalias de los grupos guerrilleros. “Los tuvimos que sacar, protegerlos, porque corría riesgo la vida de esa gente que había actuado en cumplimiento del deber”, afirmó.

jueves, 7 de agosto de 2014

Masacre de Trelew: detienen a otro marino y sólo queda libre Luis Sosa

Es Emilio Del Real, uno de los fusiladores del 22 de agosto del 72. Por orden de un juez quedó detenido en Ezeiza.

Por Rolando Tobarez

Desde la semana pasada, Emilio Jorge Del Real, uno de los 3 militares condenados a prisión perpetua por los 16 fusilamientos de la Masacre de Trelew, está detenido en la Unidad 31 del Servicio Penitenciario Federal, en Ezeiza. Lo ordenó el juez del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia, Jorge Guanziroli, luego del pedido del fiscal Horacio Arranz. Del Real fue condenado en 2012 en Rawson y ese fallo fue confirmado este año por la Cámara Federal de Casación Penal.

Se trata del segundo de los condenados que queda preso. Carlos Amadeo Marandino era el único encerrado, con prisión domiciliaria en Paraná, Entre Ríos. En el caso de Luis Emilio Sosa, el fiscal también pidió que se lo encarcele pero restan informes médicos para conocer su estado de salud, debido a su avanzada edad.

Los tres fueron condenados por acribillar a 16 presos políticos la madrugada del 22 de agosto de 1972, en los calabozos de la Base Aeronaval Almirante Zar de Trelew. Y por el intento de homicidio de otros tres, que sobrevivieron. El fusilamiento fue considerado un crimen de lesa humanidad por el tribunal del histórico juicio en Rawson.

Detalles

El defensor público de Del Real, Sergio Oribones, había apelado la orden de detención ya que según su versión, restaba decidir un recurso extraordinario federal. Además, “no se atendió el reclamo donde se puso en conocimiento que el Cuerpo Médico Forense no dio lugar para que su Cuerpo de Peritos y Consultores de la Defensoría General de la Nación, asistan e intervengan en la pericia médica realizada, por lo que no se pudo controlar”. Guanziroli rechazó este recurso e insistió con su decisión.

Del Real fue revisado por el Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación para determinar si su afección permitía su tratamiento en una institución penitenciaria federal. Según los médicos, el marino retirado “se encuentra hemodinámicamente compensado”.

Podía ser alojado en una unidad penitenciaria federal, siempre y cuando se cumpliera estrictamente con el tratamiento indicado por sus médicos, con controles por servicios de cardiología y clínica médica.

“Dadas las patologías que presenta y la posibilidad de un evento agudo, el alojamiento debe contar con un sistema de rápida y eficaz respuesta ante emergencias y disponibilidad cercana a un centro de alta complejidad”, explicaron.

A cumplir la sanción

Aunque suele pronunciarse a favor de la libertad de los involucrados en procesos judiciales hasta que no haya condena firme, Guanziroli advirtió que “nos encontramos frente a una sentencia de condena que fue revisada y confirmada por el tribunal competente en la materia, otorgándose así la doble conformidad judicial para que el penado comience a cumplir su sanción”.

El juez interpretó que Del Real ya fue investigado y enjuiciado. “La acusación del Ministerio Fiscal, la naturaleza de los delitos ventilados por los que fue condenado y la última decisión jurisdiccional contraría los intereses del justiciable y aumenta enormemente la posibilidad que intente eludir la acción de la justicia, por la severidad de la sanción recaída, que es deber del tribunal asegurar”.

La Unidad 31 donde está detenido Del Real se localiza en Ezeiza y posee un hospital de media complejidad. Incluye un anexo residencial para adultos mayores

martes, 16 de octubre de 2012

Nos sigue pareciendo vergonzoso


APOSTILLA : Personajes políticos han estado al finalizar el juicio, alabando el fallo y la trascendencia histórica. Histórico fue el hecho de la fuga del penal, unidad de acción de las organizaciones revolucionarias, e histórica fue la masacre perpetrada. 
En este juicio los fusiladores están en sus casas, otro en EEUU... fue un juicio de postín, para la galería de los que han hecho sus curriculms políticos con la muerte y la desaparición de militantes políticos.

El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a prisión perpetua a Emilio Del Real, Luis Sosa y Carlos Marandino como "coautores responsables del homicidio con alevosía" de 16 presos políticos y tres tentativas.
Los hechos se produjeron en el marco de la denominada Masacre de Trelew, perpetrada el 22 de agosto de 1972.

Tres marinos fueron condenados hoy a cadena perpetua por el asesinato de 16 presos políticos ocurrido en 1972 en la denominada "Masacre de Trelew", al ser considerado "delito de lesa humanidad" por el Tribunal Oral Federal de Chubut, que además absolvió a otros dos acusados. 

La sentencia fue leída con la presencia del gobernador Martín Buzzi en el Centro Cultural "José Hernández" de Rawson, donde se desarrolló el juicio desde mayo de este año, en una sala colmada por familiares y compañeros de los fusilados, junto a organizaciones sociales, representantes de Abuelas de Plaza de Mayo y de la agrupación HIJOS, que llegaron hasta la capital provincial. 

Los jueces Enrique Guanziroli, Nora Cabrera de Monella y Juan Velázquez resolvieron condenar a Luis Emilio Sosa, Emilio Jorge Del Real y Carlos Amadeo Marandino a prisión perpetua por el homicidio agravado con alevosía de 16 presos detenidos en la base y la tentativa de homicidio de otros tres. 

Asimismo, absolvieron a Jorge Bautista del cargo de encubrimiento por el cual se lo había imputado, y tampoco condenó a Rubén Paccagnini, quien al momento de ocurrir los hechos, el 22 de Agosto de 1972, era jefe de la Base Aérea "Almirante Zar" de Trelew. 

Esta decisión fue criticada por la querella y el fiscal federal de Rawson, Fernando Gelves, quien manifestó su disconformidad con las absoluciones y anticipó que las apelará. 

"No entendemos cómo se declara a los crímenes de lesa humanidad, pero se absuelve a Paccagnini, que fue quien retransmitió la orden de Buenos Aires para los asesinatos", aseguró. 

El desánimo por las absoluciones respondió a que Bautista, en 1972, fue el instructor enviado por la marina para realizar un informe sobre los episodios de la Base Zar y Paccagnini era jefe del enclave militar. 

Esta decisión tiró por tierra la teoría de los acusadores, quienes intentaron convencer sin aparente éxito al Tribunal de que el traslado de los detenidos a la Base Zar y su posterior fusilamiento fue un plan establecido por las máximas autoridades de la Armada y que contaba con el aval del gobierno de Alejandro Agustín Lanusse. 

Los magistrados consideraron al episodio como un "crimen de lesa humanidad" y establecieron condiciones para que los sentenciados no puedan dejar el país, aunque permanecerán en libertad hasta que las condenas queden firmes. 

Si finalmente el fallo no es revertido, cumplirán las condenas en una cárcel común. 

La sentencia será remitida al juez federal de Rawson Hugo Sastre para que insista con el pedido de extradición de Roberto Guillermo Bravo, a quien se señala también como coautor de la denominada "Masacre de Trelew". 

Bravo vive en Estados Unidos, tiene fuertes vínculos con las Fuerzas Armadas de ese país y el primer pedido de extradición que realizó la Argentina fue denegado por la justicia norteamericana. 

El Tribunal también requirió un informe médico mensual sobre el estado de salud de Horacio Mayorga, uno de los imputados durante la etapa procesal que no fue traído a juicio por su eneble condición de salud.