Hace 40 años Trelew estaba en el centro de la atención de todo un país. Un grupo de militantes revolucionarios, guerrilleros agrupados en Montoneros, el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), organizaron la famosa fuga del penal de Rawson. Trágicamente, como se sabe, sólo 6 lograron escapar en un avión hacia el Chile de Salvador Allende, mientras que 19 se entregaron en el aeropuerto, pacíficamente. La base aeronaval Almirante Zar fue el escenario donde fueron llevados, en lugar de reintegrarlos al penal, como había sido acordado. Ya allí, el 22 de agosto de 1972 fueron fusilados salvajemente. Sin embargo, increíblemente tres de ellos sobrevivieron a la masacre, y lograron salir de las cárceles el 25 de mayo de 1973, cuando al asumir el presidente Héctor Cámpora, fue decretada una amnistía general para los presos políticos. Las Fuerzas Armadas esperaron su momento y tras el golpe de Estado de marzo de 1976, fueron por ellos nuevamente. Hoy los tres continúan desaparecidos.
La fuga del penal y la masacre posterior en ese momento conmocionaron al país, mostraron la audacia y la capacidad de las organizaciones armadas que aquella vez lograron trabajar juntas y dejaron en ridículo ala Dictaduraentonces gobernante, conducida por el General Alejandro Agustín Lanusse. El ensañamiento de los militares con los presos generó una ola de indignación y movilizaciones que llega hasta hoy, atravesando cuatro décadas de bronca, resistencia, memoria y lucha. En aquel momento, la lucha popular dio lugar primero a las comisiones de solidaridad con los detenidos y después al reclamo por el esclarecimiento de lo sucedido, al llamado “trelewazo”, un levantamiento popular que sacudió a la ciudad y obligó a las fuerzas armadas a militarizar la ciudad para recuperar el dominio público. Tras la larga noche del genocidio, a fines de los años 80 comenzaron a realizarse en la ciudad patagónica pequeñas actividades de conmemoración de la fuga y, a fines de los 90 organizaciones estudiantiles, sindicales y de derechos humanos lograron empezar a instalar con fuerza el recuerdo de la fuga y de la masacre exigiendo justicia. Finalmente después de tantos años de lucha, en el marco de la apertura nacional de juicios a los militares genocidas, se logró procesar a los responsables de la masacre. La apertura del juicio oral en mayo de este año fue un espaldarazo que reavivó la lucha y, aprovechando el cuarenta aniversario,la Comisiónporla Memoriadel Pueblo de Trelew organizó una serie de actos en el penal de Rawson y en el viejo aeropuerto de Trelew, transformado desde el año 2007 en Centro Cultural porla Memoria. Distintasorganizaciones populares llegaron desde Buenos Aires, Mar del Plata, Neuquén, Mendoza, y Rosario para estar presente en la fecha.
Bárbara Quintana, presidenta de la FederaciónUniversitariade la Patagonia(FUP) y militante de la TendenciaEstudiantilRevolucionaria (TER), una de las organizadoras de los actos dijo a Marcha que “para nosotros vivir en Trelew y recordar el 22 de agosto todos los años es algo muy importante.” “Y particularmente este año, en el 40 aniversario de la masacre, queríamos redoblar la apuesta y hacer una movida nacional más grande. No solamente por la memoria de los compañeros sino también por el juicio que se está dando ahora en contra de los genocidas que los asesinaron hace 40 años”, agregó. “Como estudiantes nosotros encontramos en ellos el sendero que tenemos que seguir caminando. Muchos de los caídos eran estudiantes y nosotros creemos que tenemos que continuar lo que ellos empezaron. Ellos no murieron para tener el gobierno y el sistema que tenemos hoy en día. Si ellos dieron su vida y estaban convencidos de algo, eso era la lucha por el socialismo. Nosotros creemos que es la misma lucha la que tenemos que dar, con las mismas banderas”, finalizó la presidenta de los estudiantes dándole un sentido político actual a los actos.
El acto central
En medio de una semana gris plagada de lluvias, el domingo amaneció soleado en Trelew, dando una mano a las organizaciones políticas, de derechos humanos, estudiantiles y sindicales que se reunían en el comedor universitario de la Universidad Nacional San Juan Bosco para partir hacia el aeropuerto. En el camino, desde el centro de la ciudad hasta las afueras donde se encuentra el viejo aeropuerto, la manifestación cantaba recordando a los “mártires de Trelew” y exigiendo justicia, mientras en cada cuadra los vecinos miraban desde puertas y ventanas precarias y en muchos casos en construcción, el paso de la columna. La llegada al aeropuerto fue muy emotiva. Cientos de militantes ingresaron a las instalaciones y estuvieron cantando durante una media hora, mientras algunos también recorrían el lugar, conmovidos por la historia que exhalan las paredes. Las imágenes de los caídos en la masacre recuerdan cada uno de sus nombres y recorridos en los muros del que ahora es un Centro Cultural para la Memoria, y vuelve a sorprender la juventud de los militantes cuando fueron asesinados.
Un rato más tarde comenzó el acto. Se sucedieron en la palabra representantes de las organizaciones de derechos humanos, la presidenta dela FUP, se leyó un documento elaborado por las organizaciones que viajaron hacia allá y hablaron distintos familiares de los caídos. Cada uno a su turno recordó los ideales y los proyectos por los que dieron su vida los militantes hace cuarenta años, el largo recorrido de lucha por justicia hasta llegar al juicio oral y la relación entre esa lucha y las violaciones a los derechos humanos que se siguen dando en el presente.
Hilda Fredes, una de las oradoras del acto que además fue candidata a diputada nacional en las últimas elecciones por el Frente Unidad Sur, conversó con Marcha sobre esto. Ella es la esposa de Elvio Angel Bel, un dirigente del Partido Comunista de Trelew quien en su momento fue el apoderado de Mario Roberto Santucho en el penal de Rawson, y por esa razón está desaparecido. “Yo fui parte dela Comisión de solidaridad con los presos, permanentemente hemos estado movilizados, durante la dictadura y mucho más durante la democracia y hoy estamos en un camino importante, construyendo lo mismo que construían los compañeros masacrados el 22 de agosto de 1972, en un camino de unidad y en un proyecto revolucionario”. Por otro lado ella afirmó que en la actualidad en la provincia de Chubut existen violaciones graves de los derechos humanos, lo que forma parte de la misma lucha por justicia. “Está el caso de Iván Torres, masacrado por la policía en Comodoro Rivadavia, y el caso de Julián Antillanca, a quien la policía provincial mató a la salida de un boliche”, aseguró. “Hay connivencia entre la policía y la justicia en la provincia. La policía provincial es la misma que en la dictadura, no ha cambiado nada”, afirmó.
Uno de los dos momentos más emotivos ocurrió cuando dos chicos de una escuela primaria de la zona leyeron los trabajos que habían hecho en recuerdo de la masacre, reclamando también memoria y justicia, lo que generó un estremecimiento en todos los asistentes. El otro momento más fuerte del acto ocurrió cuando tomó la palabra Marcela Santucho, la hija de Mario Roberto Santucho y de Ana María Villareal, quien fue asesinada en 1972. Ella recordó la última vez que había ido a Trelew, cuarenta años atrás, a visitar a sus padres al penal, con sólo nueve años. Con visible emoción contó que fue la última vez que vio a su madre. Más adelante pudo reencontrarse con su padre por unos pocos años. Tras su asesinato en 1976 debió exiliarse en Cuba y posteriormente en Suiza, desde donde regresó al país recién en 2008.
El acto finalizó con un fuerte grito detrás del nombre de cada uno de los mártires de Trelew: Alejandro Ulla (PRT-ERP), Alfredo Kohon (FAR), Ana María Villarreal de Santucho (PRT-ERP), Carlos Alberto del Rey (PRT-ERP), Carlos Astudillo (FAR), Clarisa Lea Place (PRT-ERP), Eduardo Capello (PRT-ERP), Humberto Suárez (PRT-ERP), Humberto Toschi (PRT-ERP), José Ricardo Mena (PRT-ERP), María Angélica Sabelli (Montoneros), Mariano Pujadas (Montoneros), Mario Emilio Delfino (PRT-ERP), Miguel Ángel Polti (PRT-ERP), Pedro Bonet (PRT-ERP), Susana Lesgart (Montoneros), Alberto Miguel Camps (FAR - desaparecido luego en 1977), María Antonia Berger (FAR - desaparecida en 1979) y Ricardo René Haidar (Montoneros - desaparecido en 1982): ¡presentes!
La fuga del penal y la masacre posterior en ese momento conmocionaron al país, mostraron la audacia y la capacidad de las organizaciones armadas que aquella vez lograron trabajar juntas y dejaron en ridículo ala Dictaduraentonces gobernante, conducida por el General Alejandro Agustín Lanusse. El ensañamiento de los militares con los presos generó una ola de indignación y movilizaciones que llega hasta hoy, atravesando cuatro décadas de bronca, resistencia, memoria y lucha. En aquel momento, la lucha popular dio lugar primero a las comisiones de solidaridad con los detenidos y después al reclamo por el esclarecimiento de lo sucedido, al llamado “trelewazo”, un levantamiento popular que sacudió a la ciudad y obligó a las fuerzas armadas a militarizar la ciudad para recuperar el dominio público. Tras la larga noche del genocidio, a fines de los años 80 comenzaron a realizarse en la ciudad patagónica pequeñas actividades de conmemoración de la fuga y, a fines de los 90 organizaciones estudiantiles, sindicales y de derechos humanos lograron empezar a instalar con fuerza el recuerdo de la fuga y de la masacre exigiendo justicia. Finalmente después de tantos años de lucha, en el marco de la apertura nacional de juicios a los militares genocidas, se logró procesar a los responsables de la masacre. La apertura del juicio oral en mayo de este año fue un espaldarazo que reavivó la lucha y, aprovechando el cuarenta aniversario,la Comisiónporla Memoriadel Pueblo de Trelew organizó una serie de actos en el penal de Rawson y en el viejo aeropuerto de Trelew, transformado desde el año 2007 en Centro Cultural porla Memoria. Distintasorganizaciones populares llegaron desde Buenos Aires, Mar del Plata, Neuquén, Mendoza, y Rosario para estar presente en la fecha.
Bárbara Quintana, presidenta de la FederaciónUniversitariade la Patagonia(FUP) y militante de la TendenciaEstudiantilRevolucionaria (TER), una de las organizadoras de los actos dijo a Marcha que “para nosotros vivir en Trelew y recordar el 22 de agosto todos los años es algo muy importante.” “Y particularmente este año, en el 40 aniversario de la masacre, queríamos redoblar la apuesta y hacer una movida nacional más grande. No solamente por la memoria de los compañeros sino también por el juicio que se está dando ahora en contra de los genocidas que los asesinaron hace 40 años”, agregó. “Como estudiantes nosotros encontramos en ellos el sendero que tenemos que seguir caminando. Muchos de los caídos eran estudiantes y nosotros creemos que tenemos que continuar lo que ellos empezaron. Ellos no murieron para tener el gobierno y el sistema que tenemos hoy en día. Si ellos dieron su vida y estaban convencidos de algo, eso era la lucha por el socialismo. Nosotros creemos que es la misma lucha la que tenemos que dar, con las mismas banderas”, finalizó la presidenta de los estudiantes dándole un sentido político actual a los actos.
El acto central
En medio de una semana gris plagada de lluvias, el domingo amaneció soleado en Trelew, dando una mano a las organizaciones políticas, de derechos humanos, estudiantiles y sindicales que se reunían en el comedor universitario de la Universidad Nacional San Juan Bosco para partir hacia el aeropuerto. En el camino, desde el centro de la ciudad hasta las afueras donde se encuentra el viejo aeropuerto, la manifestación cantaba recordando a los “mártires de Trelew” y exigiendo justicia, mientras en cada cuadra los vecinos miraban desde puertas y ventanas precarias y en muchos casos en construcción, el paso de la columna. La llegada al aeropuerto fue muy emotiva. Cientos de militantes ingresaron a las instalaciones y estuvieron cantando durante una media hora, mientras algunos también recorrían el lugar, conmovidos por la historia que exhalan las paredes. Las imágenes de los caídos en la masacre recuerdan cada uno de sus nombres y recorridos en los muros del que ahora es un Centro Cultural para la Memoria, y vuelve a sorprender la juventud de los militantes cuando fueron asesinados.
Un rato más tarde comenzó el acto. Se sucedieron en la palabra representantes de las organizaciones de derechos humanos, la presidenta dela FUP, se leyó un documento elaborado por las organizaciones que viajaron hacia allá y hablaron distintos familiares de los caídos. Cada uno a su turno recordó los ideales y los proyectos por los que dieron su vida los militantes hace cuarenta años, el largo recorrido de lucha por justicia hasta llegar al juicio oral y la relación entre esa lucha y las violaciones a los derechos humanos que se siguen dando en el presente.
Hilda Fredes, una de las oradoras del acto que además fue candidata a diputada nacional en las últimas elecciones por el Frente Unidad Sur, conversó con Marcha sobre esto. Ella es la esposa de Elvio Angel Bel, un dirigente del Partido Comunista de Trelew quien en su momento fue el apoderado de Mario Roberto Santucho en el penal de Rawson, y por esa razón está desaparecido. “Yo fui parte dela Comisión de solidaridad con los presos, permanentemente hemos estado movilizados, durante la dictadura y mucho más durante la democracia y hoy estamos en un camino importante, construyendo lo mismo que construían los compañeros masacrados el 22 de agosto de 1972, en un camino de unidad y en un proyecto revolucionario”. Por otro lado ella afirmó que en la actualidad en la provincia de Chubut existen violaciones graves de los derechos humanos, lo que forma parte de la misma lucha por justicia. “Está el caso de Iván Torres, masacrado por la policía en Comodoro Rivadavia, y el caso de Julián Antillanca, a quien la policía provincial mató a la salida de un boliche”, aseguró. “Hay connivencia entre la policía y la justicia en la provincia. La policía provincial es la misma que en la dictadura, no ha cambiado nada”, afirmó.
Uno de los dos momentos más emotivos ocurrió cuando dos chicos de una escuela primaria de la zona leyeron los trabajos que habían hecho en recuerdo de la masacre, reclamando también memoria y justicia, lo que generó un estremecimiento en todos los asistentes. El otro momento más fuerte del acto ocurrió cuando tomó la palabra Marcela Santucho, la hija de Mario Roberto Santucho y de Ana María Villareal, quien fue asesinada en 1972. Ella recordó la última vez que había ido a Trelew, cuarenta años atrás, a visitar a sus padres al penal, con sólo nueve años. Con visible emoción contó que fue la última vez que vio a su madre. Más adelante pudo reencontrarse con su padre por unos pocos años. Tras su asesinato en 1976 debió exiliarse en Cuba y posteriormente en Suiza, desde donde regresó al país recién en 2008.
El acto finalizó con un fuerte grito detrás del nombre de cada uno de los mártires de Trelew: Alejandro Ulla (PRT-ERP), Alfredo Kohon (FAR), Ana María Villarreal de Santucho (PRT-ERP), Carlos Alberto del Rey (PRT-ERP), Carlos Astudillo (FAR), Clarisa Lea Place (PRT-ERP), Eduardo Capello (PRT-ERP), Humberto Suárez (PRT-ERP), Humberto Toschi (PRT-ERP), José Ricardo Mena (PRT-ERP), María Angélica Sabelli (Montoneros), Mariano Pujadas (Montoneros), Mario Emilio Delfino (PRT-ERP), Miguel Ángel Polti (PRT-ERP), Pedro Bonet (PRT-ERP), Susana Lesgart (Montoneros), Alberto Miguel Camps (FAR - desaparecido luego en 1977), María Antonia Berger (FAR - desaparecida en 1979) y Ricardo René Haidar (Montoneros - desaparecido en 1982): ¡presentes!
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